martes, 16 de abril de 2013

SACERDOCIO ¿cristiano?



Estamos oyendo, con alivio, la necesidad de una nueva evangelización.
Pero ésta no será nueva si no repensamos los arcaicos enunciados de nuestra Fe y no renovamos, actualizando, la anquilosada estructura de nuestra Iglesia, en el espíritu de sus orígenes.

En el imaginario de las religiones, Dios es un ser que se halla habitando un espacio diferenciado, sagrado, "separado" e inalcanzable al Hombre.

Pero... Dios no es un ser lejano y..., menos aún, ajeno al Hombre, sino que permanentemente se le hace presente a su inteligencia.
Otra cosa es cómo la inteligencia humana percibe, experimenta, interpreta y es capaz de expresar su percepción (que no conocimiento) acerca de Dios y de la divinidad.
Esa percepción, experiencia y expresión acerca de Dios por el Hombre es el ámbito de la religión.

LA RELIGIÓN proporciona el adecuado espacio sagrado en el ámbito humano donde se establezca la corriente de comunicación con el espacio sagrado del ámbito divino.
El Sacerdote es la persona que, consagrada a la Divinidad, sirve de enlace, poniendo en conexión los dos espacios sagrados: el divino y el humano.

EL CRISTIANISMO, en sus orígenes, no es una nueva religión.
No es una nueva religión en la que el Hombre conciba un nuevo Dios, el cristiano, con un nuevo culto servido por sacerdotes.

martes, 9 de abril de 2013

El Dios LAICO de Jesús

La Humanidad ha concebido a los Dioses, en su Magnificencia, habitando Espacios Sagrados.

Estos espacios divinos son lugares simbólicamente elevados: los Cielos; Montes que dominan, en la llanura, la vida de los Humanos: el Monte Ida de los troyanos; el Olimpo de los griegos; el Moria de los samaritanos...
También el Hombre construye a sus Divinidades Templos en altozanos: Espacios Sagrados a donde eleva su vista... o asciende él mismo..., penitencialmente, implorando su amparo.
En nuestras aldeas la iglesia y el cementerio están, por eso, construidos en lo más alto.

Los Dioses son concebidos como seres misteriosos..., terribles..., que habitan o pueblan  espacios distintos y diferenciados a los de los seres humanos: Espacios Sagrados.
Hay, por tanto, dos ámbitos:
Uno divino, mistérico, que produce temeroso respeto en los seres humanos, sagrado, es decir "separado" de...
Otro, profano donde la Humanidad se debate en su vida contra las fuerzas de la Naturaleza, su propio Mal, y la Muerte.
Entre estos dos mundos hay una doble relación:
Una, ascendente de súplica, sumisión y dependencia de los seres humanos hacia los Dioses;
Otra, descendente mediante la intervención, muchas veces caprichosa, de los Dioses, en el mundo humano.
Esta relación vino a ser expresada, en un principio, a través de la Literatura Clásica mediante los Mitos. Mitos que, con el tiempo, fundaron y fundamentaron las distintas religiones del Mundo.
El Hombre pone físicamente en comunicación estos dos mundos, "sagrado celeste" y "profano terrestre", plantando en tierra, verticalmente hacia el cielo, menhires, totems, árboles (un resto ancestral conservamos en el "Árbol de Navidad"), templos con altas torres...

En la Historia de las Religiones, ¡¡¡Surge un Pueblo!!!, el Pueblo Hebreo,  cuyo Dios habita un ámbito, divino pero, no diferenciado del ámbito humano.
El espacio sagrado, habitado por este Dios de los hebreos, está formando parte del espacio profano humano y a su mismo nivel.
Su Dios es un Dios "Laico" que habita y camina en medio de su Pueblo compartiendo tiempo y espacio, alegrías y pesares.