martes, 19 de marzo de 2013

Benedicto XVI: Una renuncia PROFÉTICA



Ha pasado ya un tiempo prudencial desde la renuncia de Benedicto XVI para poder valorar el acontecimiento.

Varios eran los motivos que inicialmente se vislumbraban. Sirvan como ejemplo: La edad y su consecuente desgaste vital, queriendo evitar reproducir la penosa imagen de su predecesor; el marcapasos instalado a su corazón, sobrepasado por el exceso de responsabilidad y actividad; el sufrimiento causado por escándalos tan poco edificadores del espíritu cristiano como los de la banca vaticana; el llamado Vatileaks en relación a la publicación de documentos secretos de la Ciudad del Vaticano; las abrumadoras acusaciones de pederastia; la impresionante dificultad con que el Papa, más pensador que gestor, se encontró para vencer la inamovilidad, cerrazón e impermeabilidad del aparato de la Institución vaticana para llevar a cabo cualquier intento de reforma...

Pero no eran esos los verdaderos motivos sino EL PODER. El poder, la autoridad, la falta de auténtica caridad y humildad que, disfrazados de buenos modales, revestidos de purpúrea y dorada simbología, corroía la cúpula de San Pedro.

Una actitud inteligente es no pretender luchar e imponerse apelando a la autoridad papal; encastillaría y enquistaría más las posiciones resistentes. Se hace necesario "hacer un plante": descomponer el sistema de poder... descolocar a los poderosos del sistema y... desde la humildad y fragilidad apelar a la intervención de Dios en sus conciencias.

jueves, 14 de marzo de 2013

Jorge Mario Bergoglio FRANCISCUM PAPA I

¡Habemus Papam!
Me resulta curioso cuánto me ha llamado la atención la elección de Bergoglio.
Siempre -y a mis setenta y tres años he vivido varias elecciones- he recibido los nuevos Papas con la tibieza de lo lejano y de lo que es así y así es, sin yo poder hacer nada.
Sólo dos me llamaron la atención gratamente por su aspecto: Juan XXIII por su aire bonachón de párroco de pueblo... y !menuda la que armó¡; y Juan Pablo II por su dinamismo y deportividad.

Pero Francisco I me ha llamado poderosamente la atención porque lo he creído ver cargado de simbología:

martes, 12 de marzo de 2013

CRISTO: manifestación de Dios en JESÚS

Es tiempo de novedades. Nueva Semana Santa; nuevo Papa; nueva, o renovada, Iglesia.
De todas las novedades, la que más necesito y espero es la más difícil y complicada: una Iglesia renovada.

Una Iglesia libre y pobre de PODER.
Libre de poder temporal; libre de poder espiritual.
El poder temporal se ha ido diluyendo.
El poder espiritual perdura y se mantiene en la pretensión de dominar y controlar las conciencias.
Con la escusa de predicar a Cristo se predica ella misma; con la escusa de mostrar al Salvador, ella misma se declara salvadora.
Con la escusa de poseer a Cristo, como Dios cristiano, se olvida de DIOS, quien lo envía. Ensimismada en el Mensajero, Cristo, no sólo ha perdido de vista al DIOS que lo envía, sino que ha manipulado su mensaje, en el propio beneficio de la Iglesia.

viernes, 8 de marzo de 2013

EL PAPA QUE YO QUISIERA

La Sede Papal está vacante. El nuevo Papa ha de salir elegido "por" y "de entre" el llamado Colegio Cardenalicio.
Un muy reducido ámbito de representación de todo el extenso campo eclesial constituido por los Episcopados. Pero es lo que hay.
Cualquiera que sea el elegido, yo pediría a Dios le asistiera concediéndole calidad humana, capacidad gestora, valentía personal, independencia de criterio y carisma espiritual capaces para dotar a la figura Papal una nueva y renovada función; función que conllevaría una nueva imagen.

Renovada función papal:
El devenir de la Historia de la Iglesia ha estado, mal que nos pese, unida al poder de los Imperios. Ha sobrevivido siendo un poder entre los poderes del mundo. Es una realidad y es la que ha configurado la Iglesia que hoy tenemos: un Estado cuyo Jefe tiene voz y prestigio ante todos los Jefes de Estado. Un Pontífice monarca que, asistido por un "senado" cardenalicio; representado por unos gobernadores episcopales y unas embajadas o nunciaturas, gobierna y controla, más que acoge, la Iglesia de Cristo.

Me gustaría verlo:

miércoles, 6 de marzo de 2013

SACERDOCIO de la MUJER

El próximo día 8 está dedicado como día mundial de los Derechos de la Mujer.


Me parece oportuno recordar que:

En las Iglesias Católicas Ortodoxa y Romana el sacerdocio es: masculino y célibe.

Masculino porque, al decir de la Jerarquía, en la comunidad discipular de Jesús, los Apóstoles eran varones.

Célibe, porque se consideró que la pasión pura del amor a Dios era superior a la pasión por el amor a la mujer. En el servicio a Dios, la familia está considerada... ¡¡¡"clase de tropa"!!!

El sacerdocio de la mujer es tema frecuente en ámbitos en los que se aspira a adaptar la Iglesia a nuestra cultura y al mundo del s.XXI.
Hoy en día, en que  la mujer está alcanzando en la sociedad cotas de igualdad con el varón accediendo a puestos tradicionalmente considerados "de hombres", es un contrasentido que, en la Iglesia, considerada la comunidad de los "hermanos", de los "hijos de Dios", sea apartada, marginada, de este servicio a la comunidad como si no fuera HOMBRE -aunque no varón-, HIJA DE DIOS.
En el trasfondo de esta reclamación está la igualdad de la dignidad humana, pues Dios creó al Hombre: Varón y Mujer. Es, pues, el Hombre completo (varón - mujer) creyente en el Dios de Jesús el sujeto del sacerdocio, no exclusivamente el varón, sino también la mujer.