lunes, 30 de septiembre de 2013

El conflicto vasco

Hay un sector de población de la Euskal Herria española que rechaza que tal conflicto exista.
  • Utilizo el término vasco que en español significa País Vasco porque en la actualidad esta denominación no incluye a Navarra sino que hace referencia en exclusividad a Vascongadas.
Para los españolistas, nacionalistas españoles, o constitucionalistas, como prefieren denominarse, en España y en las Comunidades Autónomas del País Vasco y de Navarra no hay más conflicto que el producido por el terrorismo de E.T.A.

El Conflicto se hace, sin embargo, ya patente en la misma expresión "Comunidades Autónomas" puesto que deberían ser denominadas "Comunidades FORALES", toda vez que su autonomía no es otorgada por las Cortes ni los Gobiernos Españoles en acto de descentralización administrativa, sino reconocida en función de su independencia originaria, aunque por ellos mismos arrebatada.

El ser COMUNIDADES FORALES las distingue de las Comunidades Autónomas, pues hace referencia al reconocimiento de competencias originarias previas a toda Constitución española y fuera de la competencia de los gobiernos españoles. Lo cual, en la práctica, no es así, sino que los gobiernos las violentan y las hacen impracticables mediante Reales Decretos, auténticos CONTRAFUEROS al amparo de las Cortes y Tribunales de Apelación como si de comunes autonomías administrativas españolas se tratase. Todo ello complicado por las Directrices que emanan de la Comunidad Europea hacia los Gobiernos Nacionales que incitan a intervenir en los Gobiernos Forales. Todo lo cual crea confusión y denuncias por parte de Autonomías de Régimen Común que consideran la foralidad inadmisible trato de favor hacia las Comunidades vasca y navarra.

Los constitucionalistas o nacionalistas españoles conciben que España lo "ES" por naturaleza.
España es España, una e indivisible, sin el más mínimo análisis ni crítica respecto al modo en que llegó a constituir esa unidad.
Para ellos la Constitución consagra el SER de España y de todos los españoles que lo son cuantos están bajo su Corona, quiéranlo o no. Para los españoles España es una realidad incuestionable.
Quienes discrepan de tal realidad, y siguen apelando a su independencia, son malos españoles que atentan contra la armonía, el orden y la convivencia.
Convivencia que nunca ha existido, sino que ha sido impuesta con poder mediante todo tipo de argucias y violencias.



¿Pero qué violencias...? Dicen los constitucionalistas españoles... aquí no hay más violencia que la terrorista de E.T.A.
Tienen parte de razón...; la aparición del terrorismo etarra es un capítulo trágico, de horror, que nunca debiera haberse editado y que los nacionalistas vascos nunca hemos denunciado, al menos con la eficacia debida, por mucho que ahora lo aborrezcamos y exijamos a sus protagonistas la compasión y compensación debidas por un dolor realmente irreparable que nunca debió ser infringido ni al peor de los enemigos.
Pero tener parte de razón es tanto como afirmar que hay otra parte, igualmente importante, en que no la tienen: que hay una violencia de Estado que se niegan a reconocer.

El Relato de la MEMORIA.
En la parte correspondiente al Relato de la Memoria nacionalista vasca debe quedar palmariamente clara la repulsa sin quiebra a la banda terrorista; la disposición a reparar el dolor causado, a la acogida y acompañamiento de las víctimas...
Queda para los analistas y los historiadores el relato de la investigación acerca de los motivos que originaron la existencia de E.T.A. No su justificación, pues es injustificable tanto horror, sino su motivación, que correspondería, por cierto, al contenido de la Memoria española.

El Relato de la Memoria española debería comenzar, en cierta manera, con el de la Conquista del Reino de Navarra.
Digo "en cierta manera", porque no es que España sea ahora responsable de aquella conquista; pero sin ella no estaríamos viviendo nuestra historia presente:  memoria de un pasado que conforma un presente y condiciona un futuro.
Sin la conquista a lo mejor hoy seríamos franceses...
¡¡¡No...!!! no tengo una imaginación calenturienta pues asistimos a la realidad presente en la que una de las seis demarcaciones o Merindades navarras, hoy, es francesa.
O quizá seríamos un estado europeo más... 
  • Navarra era en el s. XVI un Reino del ámbito francés con posesiones a lo largo de los Pirineos hasta los límites de Cataluña; desde Francia penetraba en la península entre los Reinos españoles de Castilla y Aragón cuyos reyes se encontraban en malas relaciones con el francés. Por lo que decidieron su conquista. Fue un acto basado en argucias, falsas denuncias ante el influyente papado y violencia: que se lo pregunten a quien luego fue S. Ignacio de Loyola herido en el ataque y conquista de Pamplona (por mucho que la historia de España narre que fue herido en su defensa; si no fuera que "defendía" lo adquirido por violencia) y a quien luego fue S. Francisco de Javier cuyos hermanos y tíos murieron tratando de impedir lo inevitable: la conquista del Reino de Navarra... que siguió siendo Reino independiente; sólo cambió de Rey, quien, desde entonces lo será de España y de Navarra. La sexta Merindad Navarra, del otro lado de los Pirineos, abandonada por el Rey español de Navarra, acabaría perdiendo su independencia a manos de Francia.
El Relato de la Memoria española en relación al Conflicto Vasco, creo debería continuar haciendo referencia al s. XIX para asumir la responsabilidad y el compromiso de reparación del desmantelamiento, destrucción y abolición por parte de España del Reino de Navarra y de la independencia de Vascongadas sin ninguna legitimidad política ni jurídica para llevarlos a cabo, sino por puros actos de violencia:
  • Violencia jurídica: Aboliendo las Instituciones del Reino y Vascongadas, para lo que España no tenía legitimidad política ni jurídica. No lo hizo mediante tratados ni pactos con las Cortes de Navarra o su Diputación, ni con las Juntas de Vascongadas ni sus Diputaciones, sino mediante Reales Decretos del gobierno español.
  • Violencia política: Abolidas las Instituciones del Reino y Vascongadas mediante Reales Decretos, fueron, de la misma forma, nombradas Diputaciones Provinciales Españolas con las que se trató su conversión en Provincias Españolas obligándoseles a acatar las Cortes, los Gobiernos y las demás Instituciones del Estado y la Constitución española (de Bayona, 1808; de Cádiz, 1812. Y todas las que hasta nuestros días han venido sucediéndose). Diputaciones Provinciales que, a pesar de todo, consiguieron pactar con el Gobierno el respeto de ciertas competencias inherentes a sus antiguas Diputaciones, por lo que pasaron a ser denominadas FORALES para distinguirlas de las Diputaciones Provinciales de Régimen Común.
  • Violencia cultural: Unos ejemplos: En 1802 la Real Academia de la Historia hace un simulacro de edición de un "Diccionario histórico-geográfico de España" del que únicamente se editan dos números tendenciosos intentando mostrar la españolidad de Vascongadas y Navarra. Entre 1806 y 1808 en "Noticias históricas de las tres Provincias Vascongadas" el canónigo Llorente pretende mostrar que el Fuero es favor real o privilegio. En 1829 se confecciona una "Colección de Cédulas, Cartas Patentes, Provisiones, Reales órdenes y otros documentos"  incompleta y amañada para fundamentar el derecho al dominio sobre el País Vasco. En 1833 en su "Ensayo histórico-crítico de la legislación navarra" Zuaznabar pretende mostrar que Navarra nunca fue independiente. Y publicaciones de otros autores como Gregorio Balparda, Sánchez Silva, Rafael Navascués..., etc. Naturalmente, hubo contestaciones desenmascarando estas manipulaciones como las de Aranguren Sobrado, Pedro Novia Salcedo, Hormaechea y Altuna..., etc.
  • Violencia social: Mítines y pasquines pegados en calles y plazas atacaban pretendiendo ganarse el sentimiento popular contra el espíritu de independencia foral. De nada sirvieron a fin de cuentas las protestas, las manifestaciones populares fueristas, las marchas a Madrid ante la Corte reclamando respeto al Fuero.

Es deseable formen también parte del Relato de la Memoria del nacionalismo español sus actuaciones en la historia más reciente de la Dictadura y aun de la presente Democracia, en un compromiso con la Justicia, con el arrepentimiento y la reparación al sufrimiento de las víctimas:
  • Haciendo referencia a la injusta crueldad de las acciones represivas contra el nacionalismo vasco por parte de los gobiernos de la Dictadura franquista. A la ilicitud de sus acciones políticas y jurídicas en la supresión de la foralidad de las instituciones Vascongadas, etc.
  • Haciendo también referencia a la injusta crueldad de los gobiernos en la presente etapa de la Democracia en su actividad policial y judicial más allá de lo que es democráticamente lícito contra el terrorismo etarra.
  • Haciendo referencia a la actividad ordinaria de los gobiernos españoles, concerniente a la falta de respeto a los pactos, a los frecuentes contrafueros, al incumplimiento de los estatutos de autonomía forales...; a la parcialidad de los Tribunales de Justicia al dirimir en los pleitos políticos y administrativos.

Todo ello debiera, pues, contemplarse en un Gran Relato de la Memoria Compartido.
A lo que el nacionalismo español se niega, no admitiendo más relato que el vasco en el que exprese su renuncia, condena y resarcimiento del daño en relación al terrorismo etarra.

Pero pienso que los dos nacionalismos, el español y el vasco, están llamados a confeccionar un Gran Relato de la Memoria Compartido, a corazón abierto, ¡¡¡escuchándose...!!! y asumiendo cada cual su parte de responsabilidad, para encontrar la paz, restañar heridas y poder recomponer y reconducir la Historia desde el reconocimiento mutuo, el respeto, la libertad y la solidaridad.

Nunca a los Territorios Forales vascongados debió arrebatárseles en 1839 su Constitución Foral Independiente.
Nunca el Reino de Navarra debió, en justicia, ser abolido en 1841...; como los demás reinos tenía derecho, no sólo a entrar en la Modernidad, sino a poder ser hoy un estado más en el concierto europeo de las Naciones.
Nunca hubiera así existido un Conflicto Vasco como el generado por el Absolutismo Napoleónico francés y español a partir de 1808 reproducido por el constitucionalismo absolutista iniciado en 1812, orígenes del constitucionalismo de nuestros días.

Pero todo tiene remedio si se tiene voluntad para ello, volviendo por parte de los Gobiernos y Cortes Españolas todo a su orden primigenio:
Restaurar la Corona de Navarra cuyo Rey sería el mismo de España; devolverle sus Instituciones que serían soberanas y distintas de las españolas y, a partir de ahí, convivir en armonía en el seno de la Unión Europea de los Estados, cada uno en su casa y Dios en la de todos.

Un renovado Estado navarro podría resultar de la federación todos los Territorios Forales que podrían elegir por sí mismos el régimen de gobierno: monárquico o republicano.
No habría más nacionalismos enfrentados; no habría más acciones y reacciones de poder. Todo debería tender a una armonía y respetuosa convivencia.

Que así sea.

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