sábado, 10 de noviembre de 2012

La Iglesia que hoy necesitamos.

La Iglesia que, en su historia  ha venido a ser, por imitación o mimetismo en el mundo de los imperios, una Institución Sacerdotal, debería... por vocación... haber sido una Comunidad Apostólica: "Ven y sígueme" y..., por mandato..., una gran Comunidad Discipular: "Id y haced discípulos..." y: "No molestéis a quienes, aun no siendo de los vuestros, en mi nombre expulsan demonios".

En una institución sacerdotal, como la Iglesia actual, es normal que la Jerarquía eclesiástica esté apenada y preocupada: Por la falta de vocaciones al sacerdocio; por no poder pastorear fieles que abarroten, como antaño, los templos en sus ritos sacerdotales; por la falta del tradicional prestigio sacerdotal en la sociedad; por el rechazo de su moral desinsertada de la realidad social.
Sin embargo, no parece afectada por la falta de discípulos cristianos que den testimonio de su fe en Jesús en un mundo deshumanizado.

Necesitamos que deje de ser una Iglesia Sacerdotal y dirigista centrada en el dogma y en el rito.

Necesitamos que, en nombre de Jesús, sea humilde, servicial y compasiva.

Necesitamos que abandone su medieval halo de poder, ostentación y suntuosidad donde anidan toda clase de vicios y abusos.
Necesitamos que deje de actuar como una Institución de una Religión segregada y enfrentada a las demás religiones del mundo.

Esperamos que sea la Comunidad de Jesús donde las demás religiones puedan encontrar al Dios que en todas ellas se ha venido revelando a través de los tiempos.

Esperamos que Francisco nos ayude y estimule a ser una Iglesia-Comunidad de Jesús discipular insertada en el mundo:
Mundo donde cada uno nos comprometamos a ser testigos del Amor de Dios en nuestra actividad familiar, social, profesional, comercial, laboral, política...  mediante un estilo de vida en el espíritu de Jesús, sacrificado en el servicio al bienestar de los demás y en especial de los más desafortunados. 

Mundo en el que cualquiera puede ser discípulo de Jesús independientemente de su religión, raza, cultura, sexo o categoría social. De la misma manera que Jesús es Cristo sin dejar de ser judío. 
Donde Jesús no fue cristiano; ni fundador de una nueva religión: vivió y murió judío en el más puro espíritu cristiano; el Apóstol Pablo lo entendió muy bien: Vivid en el espíritu de Jesús tanto si sois griegos o judíos, libres o esclavos, hombre o mujer. Permaneced en la condición en que fuisteis alcanzados por la fe. Todo lo contrario de lo que la Iglesia practica so pretexto de inculturar la fe mediante conversión al cristianismo.

Mundo renovado a través de la potencialidad testimonial cristiana de instituciones como Cáritas, Hospitales, Colegios, Universidades, Centros de Acogida, Comedores... desde un espíritu renovado de servicio; de formación integral de la persona; de acogida y acompañamiento... 

En definitiva, queremos una Iglesia menos Cristiana-sacerdotal; más Comunidad Jesuana.

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