domingo, 13 de enero de 2013

¿"Unión"? o... COMUNIÓN de los Cristianos


En enero, se celebra tradicionalmente un Octavario de Oración por la Unión de los Cristianos:
En el Hemisferio Norte desde el día 18 (fiesta de la Cátedra de S. Pedro) hasta el 25 (Fiesta de la Conversión de S. Pablo).
En el Hemisferio Sur, siendo estas fechas vacaciones de verano, lo celebran en Pentecostés.

La experiencia me muestra que esta expresión de "Unión de los Cristianos" se presta a equívocos:
La cristindad nunca ha estado regida unitariamente bajo una imaginaria cátedra de Pedro quien con Pablo fundaron unas pocas comunidades en Trastevere, el barrio más pobre y degradado de la imperial Roma.

La cristiandad, que pronto fue extendiéndose por los barrios más pobres de las ciudades mediterráneas, se componía de comunidades o iglesias independientes y autónomas fundadas por Santiago, Pedro, Pablo, Juan, Felipe y sus colaboradores más directos.

Las iglesias fundadas directamente por los Apóstoles, las llamadas "Sedes Apostólicas", como Antioquía, Filipo, Éfeso, Corinto, Tesalónica y Roma eran miradas con predilección. Predilección que no les concedía preeminencia ninguna sobre las demás.

Conforme creció el número de iglesias se fueron agrupando en episcopados (epi-scopos: super-visores)
Posteriormente, al crecer el número de episcopados y a fin de coordinarlos, se organizaron en torno a cuatro Patriarcados: Antioquía, Constantinopla, Roma y Alejandría . Todos ellos constituían la "Comunión de las Iglesias" en base a la Eucaristía y la comunicación entre los Obispos.

Todos los Patriarcados ostentaban el mismo rango; pero, a medida que fueron apareciendo diferencias de criterios, Roma fue destacando por sus cada vez más prestigiosas intervenciones.

Frente a mayores dificultades se convocaron Concilios que marcaban los criterios que debían ser asumidos por todos.
Tal llegó a ser el prestigio de Roma que, a partir del s.V, hubo intentos de que su opinión prevaleciese sobre la de los Concilos, habida cuenta de que los evangelios expresan una primacía de Pedro sobre los demás Apóstoles; lo cual fue originando en Roma un deseo de primado y de poder que alcanza hasta nuestros días.

Esta pretensión de Sumo Pontificado,  que el Concilio Vaticano I declaró Infalible, trajo consigo el alejamiento definitivo de los restantes Patriarcados e Iglesias, que el Concilio Vaticano II ha querido corregir; de modo que se han iniciado encuentros -no poco recelosos, por parte de los Patriarcas-, con los últimos Papas: encuentros entre Jerarquías, más centrados en las diferencias -que el transcurrir de los siglos ha establecido-, que en el simple y original seguimiento apostólico de Jesús.

¿Qué está detrás del deseo de "Unión"? ¿la comunión de Patriarcados "primus interpares", es decir en igualdad paritaria de todos? ¿o... la obediencia de todos a la Primacía de la Cátedra de Pedro, es decir, rendir obediencia a la autoridad del Papa como Sumo Pontífice Católico/universal?

Entre las comunidades de base de distintas Confesiones Cristianas se han comenzado a celebrar inexpertos encuentros de oración. En este caso la oración es más por una auténtica "Comunión" o Hermandad de los Cristianos que por una poco definida intención de ¿unión, unidad, sumisión? a la Iglesia de Roma.

Por otra parte, la Historia nos proporcionó no pocas dificultades:

En el s.XVI, al amparo de la Reforma de Lutero, los Nobles alemanes se declaran insumisos al poder del Papado y dirigen sus propias iglesias.
La Reforma se inicia en 1517 mediante las 95 tesis expuestas en la iglesia de Witenberg:
Denuncian el inadecuado Poder temporal del Papa; las riquezas y vida disoluta de la Jerarquía; y la estafa de las Indulgencias como compra de la salvación de las almas.
Y exponen el deseo de vuelta al espíritu originario de la comunidad de Cristo, no de la propia Institución Romana.
Supuso, en lo político, una rebelión del Imperio contra el Pontificado (la Nobleza reniega de su sumisión al poder papal); y la reclamación de autoridad de los podres civiles sobre la Iglesia.
En lo religioso, la aparición de Iglesias Reformadas que no reconocen la autoridad del Papa.
En Inglaterra, Enrique VIII, por diferencias con el Papa, aparta la obediencia de su Reino a Roma y se erige en Jefe de la Iglesia Anglicana.

En resumidas cuentas, la "unidad de las iglesis cristianas" que propugna la Iglesia Romana, hace sospechar que no va en la línea de un ecumenismo de las Iglesias unidas en la fe en Jesucristo, sino de una obediencia de todas ellas a la única autoridad del Papa de la iglesia de Roma, de sus dogmas, de sus ritos, con carácter universal.

En el espíritu del Concilio Vaticano II sería deseable mantener la variedad y autonomía de las Iglesias según la primitiva y originaria Comunión de Iglesias Apostólicas, en lugar de imponer a todas los fundamentos del Catolicismo Romano.

Pero... la Santa Iglesia es... ¡pecadora!... ¡¡¡muy pecadora!!!
La Iglesia Católica Romana, que promueve esta oración invocando la unión de los cristianos, se contradice con sus acciones que imposibilitan la práctica del acercamiento:

Lo que pide a Dios con la boca... ¡Como si Dios tuviera que obrar el milagro de un día para otro...! lo impide con su práctica diaria. Mientras Roma se niega a dar pasos hacia el acercamiento de las Iglesias, deja en manos del Espíritu Santo la unidad solicitada; vamos...., que si no se logra, es por negligencia de Dios. Es como aquél que rezaba a Dios para que le tocase la lotería y... no la compraba.

El Papa Benedicto XVI, es de los que no compran lotería y... no acudirá a las celebraciones que conmemorarán en 2017 el 500 aniversario de la Reforma de Martín Lutero.

Así lo afirma el cardenal suizo Kurt Koch, actual Presidente del Consejo Pontificio para la Unidad de los Cristianos, en el “Frankfurter Allgemeine Zeitung” haciendo comentarios como éstos:

¿Cómo celebrar un fracaso? La insumisión de Lutero dio lugar a Iglesias independientes y a terribles guerras de religión con consecuencias fatales para el conjunto de Europa. "Nada que celebrar; fue un pecado". “No podemos celebrar un pecado; los acontecimientos que dividen a la Iglesia no pueden ser llamados un día de fiesta”.
Según esto, deberíamos renegar de la Iglesia de Roma que tanta sangre ha hecho correr con pretexto de convertir infieles mediante la Cruz y la Espada...; la Santa Inquisición....

Veamos brevemente la Historia de la Oración por la Unidad.

Si mi información es correcta, tiene su origen en 1857 cuando los sacerdotes barbanitas Schouvaloff y Tondini promovieron la asociaciación de Oración por el Retorno de la Iglesia Greco-Rusa a la unidad católica.
A su muerte se confió la continuidad a las monjas del Monasterio "Beata Mª Gabriela de la Unidad"

En 1908, el Padre Paul Wattson, fundador de una comunidad anglicana, extendió esta oración por la unidad de todos los cristianos; semana de oración que fue aprobada por Pío X.
En 1916, Benedicto XV adoptó esta semana de oración en la Iglesia Romana. Octavario de oración que fue desarrollado y perfeccionado por el Abad Paul Couturier de Lyón.
El Concilio vaticano II adoptó el mensaje de la Unidad de los Cristianos como objetivo de una nueva evangelización: ¿Qué testimonio va a dar el Cristianismo si está dividido?

En la actualidad la iniciativa es promovida desde el Pontificio Consejo para la Unión de los Cristianos por parte del Vaticano y, por otra parte, del Consejo Mundial de las Iglesias que agrupa 349 Iglesias.
Se reunen Católicos, Ortodoxos y Protestantes, en oración y reflexión, a fin de lograr ofrecer dones propios a los demás y recibir los dones de los demás.
Y editan un texto relacionado con la UNIDAD de la Iglesia de Cristo, en torno a un tema:
El Tema para 2013 es: ¿Qué exige el Señor de nosotros? apoyado en Miqueas 6, 6-8.

A mí me parece más clara una convocatoria de oración por la COMUNIÓN DE LAS IGLESIAS.
Todas, en igualdad y armonía, reunidas como los Apóstoles en torno a Jesús.

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