lunes, 19 de febrero de 2018

LAS PASADAS ELECCIONES y EL FUTURO DE NAVARRA.

Las pasadas elecciones de mayo han propiciado el cambio en el panorama político navarro.
No cabe duda que repercutirá, también en el social, no solamente por un distinto talante de las políticas sociales, sino por la voluntad de propiciar una mejor convivencia y distensión entre las distintas sensibilidades políticas

Hasta ahora, grupos constitucionalistas unidos (UPN) se habían adueñado del fuego de la cocina del castillo, desde donde, cómodamente instalados, ignoraban a quienes se hallaban a la intemperie.
El resto, a la intemperie, cada cual preocupado por su fuego de campamento, dispersos por el foso, inoperantes, perdían las oportunidades vigilándose y criticándose entre sí... y protestando contra los del castillo.

El cambio ha venido, no porque las fuerzas hayan cambiado de modo decisivo, sino porque los grupos dispersos del foso han decidido unirse y, sumando sus fuerzas, han podido hacer su fuego en la cocina del castillo, desalojando al engreído grupo dominante.

¿¿¿...¡¡¡Qué va a pasar ahora!!!...??? Andan despavoridos gritando los desalojados. ¡¡¡Que vienen los malos...!!! Y predican toda serie de apocalípticas catástrofes, como... ¡¡¡la llegada de los baskos...!!!

Esos vascos son navarros.
Y así como los constitucionalistas, gobernaron secuestrando el Fuero creyéndose los auténticos foralistas en nombre de España y en contra del fuerismo vasco-navarro, los navarros no constitucionalistas van a gobernar evitando reproducir las mismas formas a la contra, para posibilitar la integración, la cohesión de todos los navarros en un proyecto común, teniendo como objetivo una Navarra digna heredera del Reyno que nunca debió dejar de serlo, adaptado a la Res-Pública de nuestro siglo.
Con el ánimo de vivir, convivir y dejar vivir para poder SER.

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